Biberón, mamadera...
En el español de España se usa la palabra biberón para referirse al utensilio con el que dar de mamar de manera artificial a un bebé.
Biberones de cristal o plástico. Puedes utilizar los pequeños para el agua y los grandes para la leche. Piensa también en un método para esterilizarlos (frío o caliente).
Asociación Española de Matronas. Los consejos de tu matrona. Present Service (España), 2015.
Con tal objeto se realizó una experiencia piloto en un centro con internación que fue especialmente habilitado para ello. Se establecieron estrictas normas sanitarias con especial cuidado de preparación e higiene de los biberones y del ambiente en general.
Mönckeberg Barros, Fernando. «Parte I». Mönckeberg Barros, Fernando; Albino, Abel. Desnutrición. "El mal oculto". Caviar Bleu, Editora Andina Sur (Bolivia), 2004.
En el campamento el guanaco recién nacido aprendió a mamar del biberón que Eleuterio improvisó con una botella y el dedo de un guante de cuero. La leche condensada disuelta en agua tibia se escurría por los lados barnizando la cabeza del animal con una laca que le engominaba el hocico y hacía que sus ojos de niño parecieran más grandes.
Labarca, Eduardo. Cadáver tuerto. Catalonia (Chile), 2005.
En el español de América, en Sudamérica (Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Perú) y América Central (Panamá y Costa Rica) se utiliza también la palabra mamadera.
De modo que lo adecuado es intentar adaptarse al bebé. Si pide más pecho porque necesita comer más, la solución es ponerlo más al pecho para que aumente la producción de leche. Si en lugar de pecho se le da una mamadera, esto evitará que aumente la producción de leche y empeorará las cosas.
«Soluciones para una lactancia exitosa». La Prensa (Argentina). laprensa.com.ar, 31-7-2016.
Muchos de los problemas que requieren ser solucionados por un ortodoncista se deben a malos hábitos que se prolongan desde temprana edad. Entre ellos está el uso de chupete y de la mamadera por más de dos años. Estos artículos alteran el desarrollo normal de la boca, ya que en la infancia los huesos de esta área son blandos, por lo que se amoldan erradamente a la forma del chupete.
«Ortodoncia infantil: ¿Ya es hora de usar frenillos?». Revista Red de Salud UC (Chile). redsalud.uc.cl, 6-2016.
Un chico llora, y diferentes opiniones hacen coro al lloriqueo:
- ¡Siéntense encima! ¡Denle seis azotes! ¡Que el General le traiga la mamadera!
González-Prada, Manuel. «El programa del general». Áncora (Costa Rica). nacion.com/ancora, 5-2-2006.
Hujumm, ni que le hubieran preparado las mamaderas con agua de tinaja santeña. Aunque, ¿fue idea mía, o dejó el tema de la tal piedra filosofal en el aire cuando se rozó el asunto de... cómo era... ¡de lo esotérico!? -Jo, y la recordé; palabra verraca-. A qué se debería el arrepentimiento de seguir mostrándome su sabiduría. Ah, y tampoco me aclaró qué era húculus... humúculos, o algo así.
Burrell, Berna. La envidia es color de arsénico (Panamá). Alfaguara, 2004.
La palabra pacha se usa en Nicaragua y El Salvador.
Además necesitan pañales, pachas, unas 10 camitas y rines donde puedan dormir los pequeños. Tambiénhay necesidad construir una cocina y ampliar las instalaciones y poder hacer un aula para un primer grado.
Flores, Miguel: «"La Marchanta" pide ayuda para niños». La Prensa (Nicaragua) laprensa.com.ni, 2-8-2006.
Su cuerpo aún parece el de una niña en desarrollo. Y lo es, 14 años de vida y una hija de 9 meses convierten a Zaira en una niña que dejó las muñecas por un bebé real y que dejó los juegos de té para cambiar pañales y hacer pachas para su hija.
Orellena, Hacel. «Madres adolescentes: las muñecas no son igual a los bebés». La Página (El Salvador). lapagina.com.sv, 3-8-2009.
La palabra tetero en Colombia y Venezuela.
— Señores, todo marcha bien, no hay por qué preocuparse.
— No hay manera de que la niña despierte. No toma el seno, ni coge tetero alguno. No traga, sólo duerme.
Peña, Ruth. Rufina del Valle. Editorial Ciguapa (Colombia), 2001.
De vuelta a los años de 1960, después de cambiar pañales y dar teteros, Nina salía hacia Bogotá con su jeep lleno de hortalizas para vender, y de aquellos libros y apuntes que el 15 de diciembre de 1964 le permitieron obtener en el Instituto Colombiano de Antropología su título de antropóloga.
Arocha Rodríguez, Jaime: «Nina S. de Friedemann (1930-1998). La etnógrafa de africanías y cimarronismos». Revista de Estudios Colombianos. s.l.. colombianistas.org (Colombia), 6-2016.
-Muchas gracias doctor. Creo que ya no volveré más por aquí, me siento mucho mejor. Y además, a la niña ahora le están dando tetero. -o quizás dije "biberón", para que el tipo me entendiera.
Vegas, Federico: «Las vacas». La carpa y otros cuentos (Venezuela). Alfaguara, 2008.
Cuando Juan Antonio Sánchez Pico estaba preparándole el tetero a su pequeña de dos años escuchó a un grupo de sujetos que llegaba a la puerta de su casa y tras varias patadas lograron derribarla.
Dávila Truelo, Laura. «Asesinan a un hombre y su niña de dos años dentro de su casa». El Universal (Venezuela). eluniversal.com, 17-10-2007.
Mema, de manera coloquial, en Uruguay,
Para limpiar completamente el interior de la botella se tiene que utilizar un cepillo, debido que estos se adaptan perfecto al largo y ancho de la mamadera. Debes prestar mucha atención a los bordes y roscas del interior de la mema, ya que es común que se escondan residuos de leche.
uy.emedemujer.com/hogar/la-forma-correcta-limpiar-las-mamaderas/
Martínez Mejía, Jorge. El mundo es un puñado de polvo. Grado Cero (Honduras), 2011.
Mamila en México.
La bebé se despierta a medianoche. Llora. Hay que hervir una mamila.
Luiselli, Valeria. Los ingrávidos. Sexto Piso (México), 2011.
Era su hora de comer y su madre no estaba ahí para alimentarlo. Júbilo intentó darle una mamila con leche de vaca que tenían en el refrigerador y mientras la calentaba, cargó al niño para evitar que su llanto despertara a Raúl.
Esquivel, Laura. Tan veloz como el deseo. Plaza y Janés, 2001.
Y, finalmente, pepe en Honduras.
La mañana estaba soleada, fresca. La gente comenzaba a salir para el trabajo. Junior apretaba en sus brazos a su hermanita mientras doña Enma se aprestaba a prepararle un pepe. -Aaaaabu, decía la niña, mientras Junior se encaminaba al sillón azul. Cuando se tiró al sillón, doña Enma ya venía con el biberón en la mano.
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