Mago y brujo
Aunque son palabras sinónimas, ambas poseen unos matices que las diferencian. En su significado, coinciden en que en ambas se trata de una persona que practica la magia.
Sin embargo, al mago se le suelen atribuir poderes mágicos benignos. Se le considera un personaje bondadoso que ayuda a otros personajes; digamos que su magia es para hacer el bien.
El brujo, en cambio, tiene unos poderes mágicos que son, normalmente, malignos, relacionados con el diablo o algún otro ser también maligno. Su objetivo, a diferencia del mago, es hacer el mal.
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