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Curioseando en la ortotipografía

Lista de onomatopeyas

09 marzo, 2015

Leviatán


1. Definición

   En su contexto bíblico, el Leviatán es un monstruo marino, que representa a las fuerzas del mal.

La destrucción de Leviatán,
Paul Gustave Doré.
   Debido a su caracterización física: inmenso tamaño y gran fuerza, la palabra ha adquirido otras dos connotaciones:

a) Cosa de grandes dimensiones y difícil de controlar (RAE).

   Por ejemplo, en el siguiente texto se le compara con una multitud humana.

La calma provinciana de la noche estalla en el estruendo público y más que estallar, ve devorada su quietud natural el véspero por el paulatino leviatán humano.
Cabrera Infante, Guillermo. Delito por bailar el chachachá. Alfaguara (España), 1995.

   En este otro ejemplo, se le nombra para hacer referencia a un huracán.

Será por eso que uno, frente a la exaltación del leviatán por venir y el tinglado puesto al servicio de las cámaras y los patrocinadores, se pedía que Mitch abandonara la intención de arrasar México no sólo por razones humanitarias, sino para que Televisa y TV Azteca se quedaran colgadas de la brocha, como suele decirse. Y afortunadamente la madre naturaleza no hizo el gran favor: El poderoso, insondable, el temible Mitch pasó de largo frente a los desconsolados merolicos televisivos hasta convertirse en tormenta tropical.
“Los Highligts del 98”. Excélsior (México). excelsior.com.mx, 2001-09-14.

Portada de Leviathan (1651)
   Hobbes, en su obra Leviathan, le dio a la palabra otro uso metafórico. En el libro teoriza sobre el Estado y lo compara con el leviatán bíblico. Considera que el Estado es un monstruo creado por el ser humano, un pacto social con el que conseguir justicia y seguridad para los integrantes, pero con un poder que termina dominando y controlando sus vidas. Así lo manifiesta el propio Hobbes al inicio del escrito:

Artificialmente se crea ese gran Leviatán llamado Confederación o Estado (en latín, Civitas) que no es sino un hombre artificial.

   El texto que viene a continuación es un ejemplo de este uso de Hobbes.

El Leviatán no es, ni ha sido nunca, un enemigo cualquiera para los pueblos del mundo. No es un ejército o un mercado, tampoco un gobierno o una industria, menos un pueblo. El Leviatán es un mito tan profundo sobre la grandeza del hombre que termina por seducir incluso al más humilde. Es el sueño de un poder, creado por todos nosotros, que nos toca y nos transforma, que absorbe en su grandeza todas nuestras miserias para regresarnos una vida abundante en dicha y felicidad. Es la salida última de nuestra condición violenta, el camino de liberación, la conquista definitiva de la paz.
Ochoa, Roberto. Muerte al Leviatán: principios para una política desde la gente. Jus (México), 2009.

b) Cualquier tipo de monstruo o criatura marina de grandes dimensiones.

   Un ejemplo famoso es Moby Dick, la novela de Herman Melville, en la que en muchas ocasiones el autor se refiere a la ballena como leviatán.

Portada de Moby Dick (1851)

   Un par de textos sacados de la novela:

¿De qué otro lugar, si no de Nantucket, salieron por primera vez las canoas de los balleneros indígenas, los pieles rojas, para dar caza al leviatán?

En relación con este nombre de Ballenas de hueso es muy importante aclarar que, si bien esta nomenclatura puede ser conveniente para poder individualizar algunas clases de ballenas, es inútil intentar una clasificación precisa del leviatán por sus barbas, o su lomo, o su aleta dorsal, o sus dientes.  

Ilustracíón de Moby Dick,
dibujada por Rockwell Kent 


   Otros ejemplos de otras obras con el mismo significado de la palabra:

La Antártida concentra el noventa por ciento del hielo de La Tierra. […] Este lugar es un refugio natural de las acosadas ballenas. El leviatán recala aquí porque encuentra en abundancia su alimento primordial, el crill, cuya denominación viene del noruego y significa precisamente comida de ballenas.
Al filo de lo imposible: cuarta etapa. Fiesta en el aire. TVE 2, 1994.

No sé qué dios podía ser, si era un dios, aunque nunca vi en tantos años que esos indios adoraran nada; era una presencia que los gobernaba a pesar de ellos, que mandaba en sus actos más que la voluntad o los buenos propósitos y que, de tanto en tanto, por mucho que los indios se olvidaran de su existencia o simulasen ignorarla, como el leviatán que es visible únicamente durante sus reapariciones periódicas desde el fondo del océano, se manifestaba.
Saer, Juan José. El entenado. Destino (España), 1988.

Se marchó, pues, latiendo como un bubón purulento, lleno de tesón y hambriento de sangre como un leviatán enfurecido, parecido a un perro que se acaba de contagiar de la rabia pero aún no lo sabe y confunde su fiebre con algo parecido a la sed.
Menéndez Salmón, Ricardo. Derrumbe. Seix Barral (España), 2008.

2. Etimología

   Como indica el Diccionario de la RAE, la palabra tiene su origen en la lengua hebrea, liwyātān (enrollado). Del latín bíblico, Leviathan, es de donde procede el término en español.

3. Contexto histórico

   La palabra Leviatán aparece en seis ocasiones en la Biblia, más concretamente en el Antiguo Testamento.

   En el Libro de Job, en el capítulo 3, Job maldice su propio nacimiento, la amargura de vivir una vida desgraciada. Esta lamentación es usada como elemento de súplica, de llamada a Dios (como sugiere el teólogo y filósofo Gustavo Gutiérrez, en su libro Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente. Una reflexión sobre el libro de Job).

3¡Perezca el día en que nací,
y la noche que dijo: “Un varón ha sido concebido”!
4El día aquel hágase tinieblas,
no lo requiera Dios desde lo alto,
ni brille sobre él la luz.
   Es en el versículo 8 donde aparece la figura de Leviatán. El versículo se refiere a los hechiceros que influyen en el curso de los astros para despertar a la serpiente.
8Maldíganla los que maldicen el día,
los dispuestos a despertar a Leviatán.

   Continuando con el Libro de Job, en el capítulo 40 se hace referencia al dominio de Dios sobre las fuerzas del mal: Behemot, representado en un hipopótamo; Leviatán, representado en un cocodrilo. Dios le pregunta a Job si sería capaz de dominar a estas dos criaturas tan poderosas, como sí las domina Él.
25Y a Leviatán, ¿le pescarás tú a anzuelo,
sujetarás con un cordel su lengua?

   Otro de los libros en los que aparece la figura de Leviatán es en el Libro de los Salmos.
   En el Salmo 74 se le incita a Dios a que no olvide el mal que hacen sus adversarios, gente en su contra, a pesar de que Él es el creador y salvador de la Tierra, ya que ha sido capaz de acabar con las fuerzas del mal (como derrotar a Leviatán).
12Oh Dios, mi rey desde el principio,
   autor de salvación en medio de la tierra,
13tú hendiste el mar con tu poder,
   quebraste las cabezas de los monstruos en las aguas;
14tú machacaste las cabezas de Leviatán
   y las hiciste pasto de las fieras;
22¡Álzate, oh Dios, a defender tu causa,
   acuérdate del necio que te provoca todo el día!
23¡No olvides el griterío de tus adversarios,
   el clamor de tus agresores que crece sin cesar!

   En el Salmo 104 se alaba a Dios como creador de la naturaleza; incluso creador de las fuerzas del mal (el propio Leviatán fue creado y dominado por Él).
25Ahí está el mar, grande y de amplios brazos,
y en él el hervidero innumerable
de animales grandes y pequeños;
26por allí circulan los navíos,
y Leviatán que tú formaste para jugar con él.
27Todos de ellos de ti están esperando
que les des a su tiempo su alimento;
28tú se lo das y ellos lo toman,
abres tu mano y se sacian de bienes.

   En el Libro de Isaías se encuentran dos menciones a Leviatán, ambas en el mísmo capítulo 27, versículo 1. Estos versos se refieren al castigo a los perversos por parte de Dios.
21Porque he ahí a Yahveh que sale de su lugar
a castigar la culpa de todos los habitantes de la tierra contra él;
descubre la tierra sus manchas de sangre
y no tapa ya a sus asesinados.
27 1Aquel día castigará Yahveh
con su espada dura, grande, fuerte
a Leviatán, serpiente huidiza,
a Leviatán, serpiente tortuosa,
y matará al dragón que hay en el mar.

   Según estos pasajes bíblicos, el capítulo 41 de Job es en el que más ampliamente se describe a Leviatán: monstruo de una cabeza, vive en el mar, posee dientes terroríficos, piel muy dura y expulsa fuego. Sin embargo, en los otros libros se representa con algunas variantes. Asi, en los versos de Isaías el monstruo es una serpiente y un dragón. En los Salmos, en cambio, se trata de un monstruo marino de varias cabezas. 

4. Origen del Leviatán bíblico

   Fundamentalmente, se considera que la aparición de Leviatán en la Biblia se encuentra en la épica ugarítica de Ba`al (también llamado Hadad), de procedencia cananea. 
Ba`al, museo Louvre (París)

   Ba`al era el hijo del dios supremo El, y se le representaba como un joven guerrero o un toro joven. En una de sus leyendas se cuenta el enfrentamiento entre Ba`al y un monstruo marino de siete cabezas llamado Lotan. Este monstruo era un dragón o una serpiente, y simbolizaba la destrucción de las inundaciones, los océanos y el invierno.

   Otra influencia está en el Apofis de la mitología egipcia (Apophis, en griego; Apep, en egipcio). Simbolizaba las fuerzas del mal que habitaban en Duat (el inframundo) y a las tinieblas. Se trataba de una serpiente gigantesca y poderosa, que interrumpía el recorrido nocturno de la barca solar de Ra, para así evitar que alcanzase el nuevo día, es decir, que no saliese el sol, lo que conllevaría al fin del mundo.

Apofis es parada por el dios Atum
Escena del Libro de las Puertas, representada en  la tumba de Ramsés I

Bibliografía

Álvarez Cineira, David. "La figura de la serpiente en el mundo bíblico y germánico". Revista Estudio Agustiniano, Vol. XXXVIII, fascículo 3 (Valladolid), 2003.

La Santa Biblia. Edición dirigida por Evaristo Marín Nieto. Ediciones Paulinas (Madrid), 1989.

Paulo, Ricardo. Leviatán. https://lasteologias.wordpress.com/2009/05/27/leviatan/. Blog P. Ariieu Thelogies Web, 2009.

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