La palabra cana
Aunque la acepción más frecuente para la palabra cana es `cabello que se ha vuelto blanco´, no es la única en el español de América.
Fundamentalmente, de manera coloquial, en países sudamericanos, como Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile, se usa para referirse, o bien al cuerpo de Policía...
Fundamentalmente, de manera coloquial, en países sudamericanos, como Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile, se usa para referirse, o bien al cuerpo de Policía...
Explicárselo a la cana y a los bomberos fue la peor parte. Nunca me voy a olvidar la cara del oficial Castillo mientras anotaba mi declaración en una libretita; cada vez que levantaba la mirada lo hacía con sus dientes mordiendo el labio inferior y meneando la cabeza en un gesto inequívoco de "qué pelotudo".
Puente, Eduardo de la. Por qué tardé tanto en casarme. Crónica despiadada de las mujeres de mi vida. Editorial Sudamericana (Argentina), 2002.
JESUS.- Si puede ser... ¡Pero era tan clarito! No sé, a lo mejor tienen razón. Pero les juro que lo vi. Te juro, Pedro. Lo vi. Lo raro es que no sé quien era. Pero era uno de nosotros. Y nos entregaba... Le batía todo a la cana.
Flores, Nelson. Espejos o las muertes de H. dramaturgiauruguaya.gub.uy (Uruguay), 22-10-2012.
-Ya te dije, eso no importa. Te lo podría decir tanta gente. Te lo podría decir la cana, el ejército, mis ex compañeros, la curia, hasta el gobierno te lo podría decir, o tus compañeritos. ¿Vos no sabés que hace unos años los montos más pesados hicieron un pacto entre ellos para no vengarse, porque querían ganar la paz, dijeron?
Caparrós, Martín (Argentina). A quien corresponda. Anagrama, 2008.
... o bien a uno de sus miembros.
Fui su amigo nada más por ser así tan pendejo, yo quería aprender a aguantar esta vida. me inició en lo del toco y nunca me dijo que era malo. una noche fuimos al Paladium, la disco, a bailar tecno, rap y regue. entre cinco rumbeamos hasta el Puente de las Américas y ante esa vista tan linda de la ciudad bailamos sobre los soportes, un cana nos vio y nos correteó por todo Miraflores.
Portugal Durán, Luis Alberto: «Aguantar la vida». Corazón de la noche: cuentos. Intigraph (Bolivia), 2004.
Debe haber pasado un rato largo porque en determinado momento escuché un "buenas noches, documentos por favor" y los siguientes quince minutos me la tuve que pasar explicándole a un cana que no era un degenerado, que ni se me pasaba por la cabeza tocarme mirando la foto de una vidriera en la avenida Santa Fe y mucho menos imaginar cómo me vería yo en corpiño y bombacha.
Puente, Eduardo de la. Por qué tardé tanto en casarme. Crónica despiadada de las mujeres de mi vida. Editorial Sudamericana (Argentina), 2002.
Dentro de lo que cabía, aquel cana era amable. Durante la entrevista, a pedido suyo, le informó que por arrollar a un ciudadano y darse a la fuga, una persona como él, sin antecedentes penales, extranjero, recibiría una condena máxima de dos años; quizá menos.
Chavarría, Daniel (Uruguay). El rojo en la pluma del loro. Random House Mondadori, 2002.
Guillermina volvió a anotarse en el Registro Civil a los 14 años. Guillermina Perot Mac donald dice ahora su documento y ella lo muestra como una bandera. "Me encanta cuando algún cana, algún funcionario me pregunta por qué tengo dos apellidos, porque puedo contar que me tuvo que inscribir mi abuela, después que secuestraran a mi papá del barrio de emergencia en el que vivíamos, cuando mi mamá era perseguida, y que me anotó, por seguridad, con su propio apellido, el de mi vieja".
«Cuatro historias de pibes de 25: vida, vida, vida...». No. Suplemento joven, 22-3-2001.
En estos países y en Colombia y Perú también se usa para referirse a cárcel (aunque la RAE lo considera vulgarismo).
El argentino se quedó callado, ya no quiso contarnos más sobre su vida, sus años de dirigente político, sus largos años en la cana, sus meses de incertidumbre cuando lo dejaron libre, hasta que una llamada lo había arrancado de las calles de Boedo.
Piérola, José de. «Nieve». Sur y Norte. Lluvia Editores (Perú), 2001.
Como si fuera poco, Morales y García libraron de la cana a un pobre inocente. A principios de 1991, cachó en la tele a color que un joven era culpado del bestial ultraje y asesinato de una menor. Informaban que el acusado, por arrepentimiento, enterró una cruz confeccionada por él en el mismo lugar donde ultimó a su víctima.
Manzur, Ricardo. «Este Perrito no se cansa de proteger a los reporteros pop». La Cuarta. (Chile). lacuarta.com, 26-11-2014.
Manzur, Ricardo. «Este Perrito no se cansa de proteger a los reporteros pop». La Cuarta. (Chile). lacuarta.com, 26-11-2014.
Como no podía ser de otra manera, ahí levantó la mano Arturo para participar y dijo que si los milicos argentinos hubiesen ganado la guerra de las Malvinas, todas las avenidas de Buenos Aires llevarían los nombres de los que hoy están en cana por genocidas.
Núñez, Matías. Yugoslavia. Ediciones de la Banda Oriental (Uruguay), 2014.
Núñez, Matías. Yugoslavia. Ediciones de la Banda Oriental (Uruguay), 2014.
–Póngalo en el vaso. Ponga el whisky. Más, más. No ahorre mi propio whisky, soldado. Y no se le ocurra tomar un solo vaso. Le aseguro que lo mandaría cinco años en cana a una cárcel donde lo violarían todos. ¿De qué equipo es, soldado? ¡De qué cuadro, imbécil! ¡Es un imbécil, Godfried! ¡Hable, Forticciotti! ¿De qué equipo, Barone?
Mactas, Mario. Una mujer peligrosa. En un lugar envenenado de la Tierra (Argentina) Sudamericana, 2015.
Mactas, Mario. Una mujer peligrosa. En un lugar envenenado de la Tierra (Argentina) Sudamericana, 2015.
Antes de largarlo, en la cana le hicieron la averiguación de antecedentes y le saltó un asunto de cheques sin fondos que lo marginó de las canchas, y del aire libre en general, por espacio de siete largos meses.
Sacheri, Eduardo. «El Apocalipsis según el Chato». La vida que pensamos. Cuentos de fútbol (Argentina). Alfaguara, 2013.
Sacheri, Eduardo. «El Apocalipsis según el Chato». La vida que pensamos. Cuentos de fútbol (Argentina). Alfaguara, 2013.
Pensé en el mulato, pensé en los otros guerrilleros, pensé que si me encontraban el revólver me iban a meter a la cárcel y decidí que no podía ni ir a la cana ni fallar en la primera misión que me habían encomendado. Así que hice varios disparos para asustar a los tombos y eché a correr.
Álvarez, Sergio. 35 muertos. Alfaguara (Colombia), 2011.
Álvarez, Sergio. 35 muertos. Alfaguara (Colombia), 2011.
—Mi amor, creo que la liquidación de la financiera es inminente y es, además, algo que a nosotros nos conviene. Quiero que sepas que logré descifrar la clave que Fermín Ayora, con gran ingenio, había inventado. Ya entré en la cuenta de la financiera y ordené la transferencia de los diez millones del Cartel a nuestra cuenta. Lo propio hice con la cuenta de Gran Caimán de los Girales. Debes saber, además, que el cerco al Cartel, con la información que le dio Ayora a la DEA, se está cerrando y no me extrañaría que, como me cuentan mis contactos, los propios Girales caigan en cana muy pronto.
López Araujo, Alfonso. El Enigma del Topo. El Conejo (Ecuador), 2011.
López Araujo, Alfonso. El Enigma del Topo. El Conejo (Ecuador), 2011.
En la tarde, vuelven Vicky y su padre a la comisaría, sacan al negro y se lo llevan a su mansión del barrio San Fernando. Allí, bajo la ayuda de dos negras, Vicky le presta su baño personal, le da ropa nueva y le dice que se quede a vivir con ellos mientras se recupera del shock traumático. El negro confunde la palabra "shock" con "show"; sonriendo, afirma que él prefiere mejor los shows que él hace los viernes en el Séptimo Cielo a los shows que se hacen en la cana.
Martínez, Fabio. El tumbao de Beethoven. Común Presencia Editores (Colombia), 2012.
Martínez, Fabio. El tumbao de Beethoven. Común Presencia Editores (Colombia), 2012.
En la República Dominicana, se usa para hacer mención a un material natural con el que se fabrican diferentes cosas.
Ahí, luego de entrevistar a la alcaldesa, justo cuando atravesó el vado de un caudaloso río, encontró a un cliente inesperado. Vivía en la ribera izquierda. Lo vio sentado en un cobertizo de cana y yagua sujetadas con lianas de memiso.
Matos Moquete, Manuel. Larga vida. Publicaciones Matos Moquete (República Dominicana), 2010.
Matos Moquete, Manuel. Larga vida. Publicaciones Matos Moquete (República Dominicana), 2010.
Rosa Ferreira y Miladys Almanzar, esperanceñas. Primero profesionales, ahora dedicadas a la producción de guineo en Mao y Esperanza. No se pueden quejar de sus respectivas vidas familiares. Tampoco de los logros en su primera juventud. La producción de guineo para exportación, además de llenar sus días, las viste de botas, pantalones fuerte azul, camisas mangas largas, gafas y sombreros de cana y alas anchas.
«Mujeres de la ciudad al campo». El Nacional (República Dominicana). elnacional.com.do, 13-8-2011.
«Mujeres de la ciudad al campo». El Nacional (República Dominicana). elnacional.com.do, 13-8-2011.
Lo que lleva, en una rutina que abarca los siete días de la semana temprano en la mañana, depende de la temporada, o de lo que aparezca: pepino, berenjena, tomate, ají, tamarindo, naranja agria, maíz verde, habichuelas, aguacates, molondrones, escobas de cana o guano.
Blanco, Andrés. «Polito Arias: noventa y seis años ganando el juego». Listindiario (República Dominicana). listin.com.do, 22-10-2011.
Blanco, Andrés. «Polito Arias: noventa y seis años ganando el juego». Listindiario (República Dominicana). listin.com.do, 22-10-2011.
Dos semanas antes de Pascua, el ángel Mirtilio vino a la casa de doña Ana: un conjunto de latas, pedazos de madera podrida y hojas de cana intercaladas con pedazos de aluzinc.
Andújar, R. Emmanuel. «Doña Ana, los gallos y el monstruo de Samaná». Irlanda está después del puente. Casa de Teatro (República Dominicana), 2003.
En general, estos son los usos de la palabra cana, con las diferentes acepciones en el español de América, ya que en el español de España únicamente se usa con la acepción de `cabello blanco´, independientemente de expresiones como una canita al aire.
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